No confiamos en las historias oficiales
EL TEMA MAPUCHE EN LAS HISTORIETAS CHILENAS [9]
Lectura comparada de La Integración con Roi des Mapuches
En el artículo anterior leímos La integración de Vares y Errázuriz, editada por el sello Histocomix, que nos presenta una versión aprobada por autoridades militares de la invasión chilena a los territorios mapuches o Wallmapu a partir de 1859. La entendemos como un “discurso oficial”.
Aparte de la historieta Kilapán, de Pedro Melinao, de la cual no he podido leer más que algunos fragmentos en su blog, he hallado otra historieta que trata críticamente el tema de la ivasión chilena de los territorios mapuches: Roi des Mapuche. Tomo 1. “La traversée des vastes pampas”, de Christophe Dabitch y Nicolas Dumontheuil, editado por el sello francés Futuropolis en 2021. Trata del segundo intento de Antoine de Tounes, modesto jurista de la localidad de Périgueux, autodenominado “Orélie-Antoine Primero” de llevar a cabo su objeto de convertirse en “rey de la araucanía”, aliado ambas veces al parecer con el toqui Quilapán. Conozco solamente este tomo, gracias a la biblioteca del Instituto francés de chile y me refiero a él. De acuerdo a la internet de Futuropolis, la serie tiene dos tomos.
Aquí una brevísima lectura comparativa sobre puntos críticos para nuestra búsqueda.
Mientras en una viñeta de La integración se dice que, en ausencia de los militares que han partido al norte, los civiles dejados como autoridad cometen acciones que dañan y hacen reaccionar a los mapuches, en Roi son desde antes los militares quienes impulsan desde las sombras las tropelías civiles, como represalias.
En las páginas 28, 29 y 30 de Roi, hay un “malón” de mapuches contra un rancho de colonos chilenos, en el cual el hombre (Enrique) es asesinado, la casa incendiada y los caballos robados. Sobreviven la mujer y los hijos que no podían enfrentarlos. La violencia mapuche no se sugiere sino que se muestra. En la página 30 hace su aparición Cornelio Saavedra, el intachable general de La Integración, cuyo ayudante le informa que han sido cuatro familias atacadas y dos muertos. Saavedra, distante al lenguaje de “La integración” dice: “Basura de indios”. Luego consuela a la mujer “No tenga miedo, esta tierra es nuestra, usted recuperará su hacienda, nosotros no dejaremos hacer a esta horda de bárbaros.”
En la página 31 Saavedra hace venir a un tal Jesús, no se saben más datos sobre este personaje, a quien le encarga “dar una lección a esos salvajes. Los que se esconden en la capital decididamente no entienden la situación. Por cierto su misión es confidencial, ojo por ojo. Buena suerte.” Y le paga por adelantado. Saavedra, mirándolo salir del fuete con su banda, le dice a su ayudante “Las ovejas negras del parlamento quieren que los indios tengan los mismos derechos que nosotros. ¡Dios mío! Pero si este es el sur, la ley no ha llegado todavía aquí.” Su desdén sobre políticos en desacuerdo con sus objetivos se confirma. En este tomo no hay un correlato de esta diferencia con los políticos, hoy a nosotros nos puede sorprender, y la ponemos en interrogación. Sigue una secuencia donde la banda masacra alegremente a un poblado Mapuche.
Mientras en La integración Saavedra y los altos oficiales dicen sin variaciones frases racionales y tranquilas, hoy políticamente correctas, es decir frases de los libros de historia oficial, en Roi hay un lenguaje más cotidiano y reconocible, por consecuencia un pensamiento más realista. Pienso en los colonos de ese tiempo y en los chilenos que odian a los mapuches hoy en día, si acaso dicen y piensan frases tan elegantes o en realidad dicen lo que dicen, incluso en público.
Veamos la escena o capítulo 5: “La palabra del blanco”, según Le roi es la palabra manejada, mejor dicho la doblez del discurso, cuando los chilenos parlamentan con los mapuches. En La integración, ofrecía precio justo por venta o arriendo, de lo que debíamos inferir que ante la negativa se retiraría pacíficamente, o sea civilizadamente. Pero lo que se muestra es que los mapuches entregaban sus tierras en plazo indefinido, porque los blancos eran capaces de trabajarlas y ellos no, o por otro lado, que actuando sin transparencia ni previsión, lo dejaban “plantado”. De hecho, no hay en La integración ninguna secuencia donde presenciemos un parlamento mapuche-chileno.
En cambio, el parlamento escenificado en Roi es el siguiente, inciando Saavedra: –“La palabra va mejor que las armas … la república chilena los considera como sus hijos si ustedes aceptan las reglas que ella dicta para el bien de todos. Debemos olvidar la sangre vertida para ir hacia un futuro común… Para la república, la propiedad es la base de la civilización.” –Cacique: “Nosotros no queremos la guerra, nosotros vivimos aquí desde siempre. La tierra no pertenece a nadie, ni a nosotros ni a la república chilena, pero ella nos habla a nosotros, Mapuche.” –Saavedra: “Tienen el derecho de vivir aquí, pero otros también lo tienen. La tierra es bastante grande para todos.” –Cacique: “¿Por qué ustedes envían siempre más extranjeros que cercan las tierras con alambres? ¿Por qué dejan que bandidos maten en nuestros pueblos?” –Saavedra: “Si terminan los robos de ganado y los ataques, terminarán también las represalias. Les propongo un tratado de paz.” –Cacique: “Si desean vivir en paz con nosotros, somos nosotros quienes les ofrecemos esa paz. Pero dejen nuestro suelo libre, no traicionen más sus palabras, porque si tal es el caso, continuaremos la lucha hasta la muerte.”
Al final, Saavedra no consigue doblegar los argumentos. Entonces sus soldados reparten botellas de alcohol que sacan de cajas repletas. Los mapuches las reciben. Ahora Saavedra, en encuadre cerrado, le habla de nuevo a su ayudante: “Observe bien a los orgullosos Mapuche. Dentro de una hora verá patéticos náufragos (patéticas ruinas).” (p.41).
La secuencia siguiente “El viento de la pampa”, en la cual Orélie llega a Buenos Aires y emprende la travesía de la pampa para atravesar la cordillera con Quilapán, muestra a los colonos argentinos cazadores de orejas, las que cuelgan en cuerdas, son trofeos pero también se paga por ellas. Luego vemos al ejército argentino desplazándose por un río o lago en balsas cargadas de cajas con botellas de aguardiente, y simplemente ofreciéndolas de regalo a los Mapuche. Ellos las toman encantados y los vemos caer a tierra arrastrándose, náufragos borrachos, ante el enojo de Orélie, que ve la trampa. Continuando los diálogos de la secuencia anterior, Orélie les pregunta “¿Ustedes están orgullosos de ustedes? Valen menos que cadáveres. ¿Ellos vienen, les abren las botellas, y ustedes olvidan quienes son?” (p.72)
Hasta aquí las cotejaciones que creo más relevantes para nuestro tema. Desde el principio surge la pregunta de cuál de las dos historietas es históricamente más veridica. Por mis limitaciones y mi honestidad, no puedo abordar una discusión de documentos históricos, que ambas suponen aunque ninguna detalla, pues tampoco se trata de historietas documentales y no debe exigírselo. Lo que sí puedo hacer es leer en cada una su verosimilitud en cuanto relatos gráficos.
Las dos historietas son tradicionales en su forma, con grilla de cuatro filas o tiras, y hay ciertas semejanzas en sus estilos de dibujo. Roi tiene un imaginario más influido por el género western, mientras La Integración probablemente sea más fiel en las ambientaciones.Pero Roi des Mapuche es más moderna en su visión del problema, en el tratamiento de los personajes y en su estructura narrativa. Desde luego ambas también tienen una matriz nacionalista. No pretendo decir que una historieta francesa sea más moderna que una chilena porque pertenezca a una tradición mucho más favorecida, de uno de los países colonialistas y explotadores del mundo. El asunto que me interesa es la contraparte que Roi des Mapuche hace al tema de la ocupación de tierras, los métodos con que fue hecha, y la ideología que la impulsó, que en La Integración es presentada como intachable en términos éticos, morales y militares.
Según el duscurso cuidadosamente elaborado por Histocomix, desde el siglo 19 la nueva república chilena hereda la tradición heróica que los mapuches han construido, pero han ido perdiendo en el sentido moral, el más importante de los sentidos para la tradición militar y popular, y en base a ese supuesto moral quiere justificar su discurso.
Roi des Mapuche presenta la perspectiva de Orélie Antoine, mostrando su raro estado mental, su locura, pero también sus ideas políticas no tan desajustadas de la realidad. En cambio, Histocomix simplemente lo cancela con la etiqueta de “orate”, con la cual, siguiendo las implicaciones, se descalifica a Quilapán y a la rebelión mapuche contra la nueva república chilena, pues en vez de mantener su heroica tradición hace alianzas con un oportunista cobarde, un hombre que aparte de su necia ambición personal no tiene ideas, según Histocomix.
Las historietas de Histocomix, aunque publicadas en años recientes, son más antiguas, unidimensionales, sin hacerse cargo de las contradicciones, y siempre definiendo un modelo de moral intachable, para los españoles, para los mapuches, y para los chilenos que heredarían lo mejor de ambos. En La Integración el toqui Quilapán, que resiste a “don gobierno”, se desajusta al modelo con acciones ambiguas y estrategias menos honorables. Esto obedece a que los narradores quieren separar sutilmente a Quilapán de la tradición de los Toquis anteriores, sugiriendo que su lucha ya no correspondía a los tiempos, idea que hoy es corriente para justificar la quita de tierras. Lo plano o unidimensional, la seriedad solemne, heróica, etcétera, de unos, y la descalificación para aquellos “desajuntados”, en fin el recurso a los estereotipos es una idea más antigua de contenidos.
También es interesante por lo mismo comparar la entrevista o interrogatorio de Saavedra con Orélie, en Roi, absolutamente política, con debate de ideas de la época, distinto al Orélie incapaz de argumentar nada frente a los impolutos militares chilenos pintados por Histocomix.
EL TEMA MAPUCHE EN LAS HISTORIETAS CHILENAS
1. Textos de base y ausencias de Chile
2. Influencia del asesinato de Camilo Catrillanca
3. Vueltos al pasado / El escudo de Colo Colo FC
4. Morirás en la frontera / Capitán Garra
5. Ilustraciones de El Cautiverio Feliz
6. Quilapán, de Jorge Lillo. Un aporte a la ecología social
7. La historia del pueblo Huilliche
8. Todo legal, todo necesario. El discurso oficial de la ocupación chilena.