Mensaje secreto: lean La isla de los muertos

ISLADELOSMUERTOS6-1
Ilustración de la portada

Algo que cuesta decir: si no fuera por la reiterativa retórica de los textos de narrador, esta sería una historieta que marca rumbos, como se dice, y lo que la salva y la hace salir a un punto notable es la verdad que se narra y el dibujo, profundamente humano. En el dibujo están no solo unas caracterizaciones no vistas entre nosotros del hombre corriente y del hombre pobre, sino su soledad y su desamparo en esta situación extrema que nos dan a conocer. También está en los textos dicha profundidad, no digo que no, pero como lector me ahogué desde un punto en adelante en la reiteración de las mismas verdades hasta el final.

Y el gran problema en este punto es el problema de hacer crítica. Algunos dicen que no hay que hablar de lo que a uno le gusta. Es cierto, ¿pero qué hay si nada nos gusta completamente y absolutamente? Por otro lado, descuéntese que acá no tengo influencia en los medios, para que este comentario fuera más efectivo, pero tampoco tengo ganas de tener ese tipo de influencia. Permítanme un alcance: vean ustedes lo que hacen escritores-guionistas y dibujantes que tienen llegada en los medios oficiales masivos ¿qué hacen?, historietas del mainstream. ¿Es casualidad esa relación? Pienso en Mocha Dick, por ejemplo.

Hacer mainstream no está equivocado, cada cual tiene sus metas y saca sus cuentas antes de meterse a hacer algo, lo que está en entredicho hace tiempo es que como en épocas anteriores, para hacerlo se recurra otra vez a la imitación de las formas, en vez de arriesgar una voz original. Tal como preguntaría un viejo profesor mío: ¿entonces para qué sirve la historia? Pregunta un poco funcionalista, pero que tiene sentido aquí. Supongamos que nuestro proyecto histórico común es existir en el medio internacional, con una tradición distinguible, caracterizable. Supongamos que esa meta es auténticamente cultural, y de beneficio a largo plazo para las generaciones que vienen, para que no tengan que sufrir esta nuestra herencia triste de sentir que hay que empezar desde cero. No es solamente en las historietas que se siente ese sentimiento. Para lograrlo hay que trabajar y muchísimo. Pero en los casos que me refiero, creo que otra vez se quiere entrar en el cuerpo del mainstream internacional sin pararse a ver que éste se nutre de aportes que desafían su forma acostumbrada, porque su condición es la novedad constante, pero esa novedad no es tampoco antojadiza. ¿De qué sirve el tema chileno de Mocha Dick si está hecho con voz ajena, notoria en su formalidad, y estereotipando una vez más al Mapuche, como si no fuera bastante? Al fin lo que se consigue es un buen producto para el mercado chileno, o escandalillos en Perú en otros momentos, con Grau y Prat. Eso lo han logrado bien, y reconozco que es mucho más de lo que yo pudiera presumir nunca con mis propios textos y mis historietas.

Pero no es el caso de La isla de los muertos, porque en ella hay un aporte a ese proyecto común, tal como yo lo veo. Y si sus autores leen este pequeño comentario, les diría que uno no pretende dividir a guionista y dibujante, lo que pretendería en último término es difundir, colaborar a que se conozca y se lea, y colaborar a que estos autores sigan trabajando obras nuevas. Esta historieta merece ser leída y conocida, y debería influir en los rumbos de la historieta chilena porque está llena de humanidad.

Más referencias de esta obra, su tema y sus autores:

http://ergocomics.cl/wp/2014/06/la-isla-de-los-muertos-vinetas-del-horror/

http://alexguerraterra.blogspot.com/2013/11/la-isla-de-los-muertos-un-misterio-sin.html