HUMOR CONTINGENTE Y LUCIDEZ

Con todo respeto
Con todo respeto

Acá comentarios sobre algunos trabajos y tendencias del humor dibujado político y de opinión, que han estado publicándose y autopublicándose en chile en estos años, sin atribuirles superioridad sobre otros. (Malaimagen, Juanelo, Anotación negativa, Con todo respeto).

La necesidad es un poco saber quiénes somos hoy día, en qué andamos, y qué tan lúcidos estamos. Desde la década 90, o antes, hubo en los opinantes gráficos independientes la actitud de declararse irresponsables por los efectos de sus ocurrencias. En el texto de contraportada del libro Monos Chistosos (2007) Carlos Reyes decía “ya se sabe que el humor otorga impunidad a los bufones de la corte para indigestar a los comensales”. La actitud implicaba ideas provocadoras, respuestas irónicas y la reivindicación de que el humor ataca hacia todos lados desde un plano abierto, y necesita escapar de cualquier “posición” partidaria, lo que constituía una respuesta coherente a su contexto.

Pero para hoy día hay más conciencia de que la irresponsabilidad por lo dicho y lo hecho es más bien el patrimonio indignante del poder y la autoridad. Esto hace cambiar las cosas, aunque no es en ningún caso que ahora los opinantes gráficos tuvieran que “responder” por lo que dicen, sino más bien que al criticar y burlarse del poder, es necesario tratar de ver desde qué tipo de impunidad distinta hablan.

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Malaimagen (Guillermo Galindo) y Marco Cánepa con su personaje Juanelo, se han ocupado de la corrupción, la farsa y el cinismo, especialmente el de los políticos y los poderosos. Con comicidad y talento, ponen en escena el cara-de-rajismo: “No me interesa la opinión pública sino la privada” dice un personaje de Malaimagen, mientras que Juanelo abre su primera compilación con el capítulo ”Empresas Juanelo, su pérdida es mi ganancia”. El cínico reconoce sus objetivos verdaderos de un modo ingeniosamente descarado, cuyo mérito estaría en ese elemento de honestidad, irritante pero no directamente hipócrita.

También han aparecido entre autopublicaciones y blogs otros autores, con otro tipo de ideas, como EF Kennedy y su historieta Anotación negativa (ver artículo anterior de Nico Pérez) muy potente en su comicidad, que expresa una desesperanza visceral; o Leonel Arregui, que lleva editados dos o tres libros de su serie Con todo respeto, que en este contexto intenta una salida a través de la sensibilidad y la interioridad.

La tendencia a un dibujo anárquico, deficitario, quizás un dibujo que descree del “Dibujo” no es exclusiva de estos autores, ni del humorismo político. Podría decirse que el dibujo, aunque no ha dejado ni mucho menos de ser significante, significa ahora una crítica a las falsas categorías artísticas. Pero aún así hay que darse cuenta cuándo el dibujo es expresivo o significativo, y cuándo queda faltando. Por otro lado, siguiendo la historia de la caricatura nacional, el dibujo va detrás de la palabra, poco a menudo toma la delantera o el dibujante logra expresarse sólo con la imagen.

Malaimagen
Malaimagen

Con todo, Malaimagen electriza a sus personajes con una especie de nervio neurótico, una histeria caricaturizada en la cual no sólo reconocemos la increíble actitud de quienes nos engañan delante de nuestros ojos, sino que reconocemos también nuestra absurda e histérica imagen de engañados. Malaimagen es muy buen caricaturista y ha logrado un estilo inconfundible.

Incluye en sus viñetas a Michelle Bachelet, a quien hace decir, por ejemplo: “este es un gobierno que se la juega por la igualdad, todos igual de mojados”; “el país no es corrupto, sólo los que lo manejamos”, quebrando el resguardo que le dan los caricaturistas centrales-izquierdos. Desahoga también el eufemismo de no ofender a las mujeres. Evelyn Matthei, su ex contendora dice “Bachelet ganó con financiamiento sucio… bueno, también porque yo era una candidata como el pico.” En viñetas recientes, reafirma que no se trata simplemente de explotar el “personaje” de Bachelet sino de criticarla agudamente como representante actual de un poder que no ha cambiado, por eso no hay gran diferencias entre ella y los otros políticos. Esto puede verse cuando les habla a los mapuches. Es notable también el talento con que remata los a veces largos textos de sus personajes con una vuelta sorpresiva y cómica.

Juanelo
Juanelo

Juanelo es una cómica y certera disección del cinismo, dejándolo ver como un problema más profundo que el de los escándalos mediáticos, con la particularidad de que conecta muy bien con niños y adolescentes, o sea con mentalidades todavía no sujetas totalmente a la represión y la hipocresía, cosa que es un mérito, y da para pensar. Una viñeta precisa y genial de Juanelo, entre otras, es la del aviso publicitario del “Condominio Lomas del Sol. Juanelo Propiedades” con un letrero publicitario que pone una advertencia: “Realidad puede diferir groseramente”.

Malaimagen incluye en sus críticas al ciudadano acomodaticio y dispuesto a la corrupción. Están por supuesto los ciudadanos que se preguntan “¿y si lo lógico fuera estafar al fisco y nosotros somos los equivocados que trabajamos?”, pero también aquellos modernos brutos que sacan ventajas de cualquier cosa, con lo cual asoma otro de los problemas profundos, “de cultura”, porque la insensibilidad y el cinismo están en todos los estratos sociales. (Hay que agradecer que malaimagen no achaque a los de abajo el origen de los problemas de la moral y la cultura, como lo hacen los conservadores simplones).

Juanelo logra algo similar por su ubicuidad, tipo Condorito, apareciendo lo mismo como un trabajador, o como un limpia parabrisas en las esquinas, que como megaempresario y político. Aunque hay que decir que en esas ocasiones, cuando Juanelo es por ejemplo un mendigo inescrupuloso, sin dejar de ser divertido da la impresión que a la noche irá a dormir en su departamento, como todas las noches. De cualquier modo, Juanelo exhibe descaradamente su propio cinismo, es su notable mérito.

Juanelo
Juanelo

Sobre la injusticia, Malimagen hace una viñeta donde un preso común pregunta “¿por qué a mí me esposan y a ellos no?, a lo que otro le responde “porque ellos defraudan en millones mientras vóh soi un ratero rasca”. Aquí se trata de un sentido común tradicional, más aún, de un diagnóstico milenario, universal, una realidad que se plantea como algo eterno: la justicia no es igual para el rico que para el pobre. Pero no encuentro viñetas sobre lo que es la conclusión lógica del sujeto corrupto: “en la vida hay que llegar arriba para que la ley esté de tu parte y para que la ley de la selva te favorezca”. Algo parece detenerlo.

Los ciudadanos comunes repetimos la verdad de que la justicia es según quien, pero repetirla a estas alturas es rumiar. Rumiamos milenariamente una verdad que se hace inútil, y que pesa en el hastío milenario como la burla cotidiana. ¿Y el humorista sigue? Habría que hacer también al menos lo que el lápiz puede hacer, de penetrar sobre el tema ya conocido. Criticar por qué no se terminan las aguas estancadas, por qué no se mueve la historia.

malaimagen
malaimagen

Si a todos nos preocupa el tema del cinismo y la corrupción, debe ser –al menos en alguna medida– porque llena las páginas de Latinoamérica. En las viñetas chilenas aparecen los y las periodistas como aquellos que garantizan la presencia de la razón y la ética. Sus preguntas son respondidas por los políticos y megaempresarios con descarado cinismo e indiferencia. La serie “Tolerancia cero” de Malaimagen da cuenta de las diferencias y parcialidades entre periodistas-estrellas, que no son lo mismo. De cualquier modo, hay una identificación del sentido común y la honradez intelectual con los periodistas, que se agregan a las figuras tradicionales del hombre y la mujer de a pie. Esto parece un asunto cultural reflejado en las viñetas.

milicogate

Pero no aparece la duda de los humoristas sobre los medios de comunicación y sus diferencias. ¿Cuándo se trata de indignación, y cuándo de crueles luchas de poder y manipulaciones de la opinión pública? No aparecen los medios independientes o pequeños distintos que los gigantes poderosos. Es una sola imagen general de periodistas. En chile este problema sigue fuera del debate público masivo, y hay que preguntarse si es por eso que no aparece tampoco en las viñetas de opinión.

Si el blanco predilecto del humorista son los poderosos, siguen intocados los poderosos de la prensa. Hay viñetas contra los dueños de estos medios, personificados como corruptos con sacos de dinero, o de un director editorial que censura al periodista, lo cual es cierto, pero se olvida que en el caso de los Clarín, O Globo, El Mercurio, etc, la cuestión no es reducible sólo a sacos de plata, o a censurar líneas de un artículo.

Lo que quiero decir es que, a partir de los periodistas, igual que de los corruptos, entramos a zonas difíciles, no solucionadas por el sentido común masivo, en las cuales hace falta entrar. Lógico, no pretendo decirle a nadie lo que tiene que hacer.

Anotación negativa
Anotación negativa

Anotación Negativa es un cómic descreído de casi todo, salvo de la repulsa que los tres personajes adolescentes expresan hacia la realidad. El artículo anterior, de Nico Pérez, explica bastante bien por qué este cómic tiene una recepción entusiasta en un grupo de público que ha ido aumentando a un espectro mayor. ¿Hay en él una base moral, o ética, o se trata más bien de una expresión del proceso de derrumbes y carencias de la adolescencia? O sea, pregunto si las ideas de Anotación Negativa son una respuesta pensada contra una sociedad represiva y profundamente hipócrita, que aumenta sus tenazas en las provincias, o si es un asunto de carácter, que sale por necesidad visceral.

Interpretar este cómic como un asunto personal del autor y de un grupo determinado de personas sería una interpretación represiva, “mercurial”, que quiere quebrar sus puntas más agudas para dejar sólo la anécdota y la risotada. Pero de cualquier manera debe haber una mezcla de moral y de visceralidad espontánea. Quizás Anotación Negativa expresa la rebeldía que viene de lo que podría llamarse la lucidez negativa, consistente en cierta incapacidad de mentirse y autoengañarse por demasiado tiempo. Suma su talento para el humor negro, aunque se siente que algo falta a veces en el dibujo.

Con todo respeto "Gaza"
Con todo respeto «Gaza»

Con todo respeto, necesito hablar contigo, no con tu ego” es una propuesta respecto a las personas y su capacidad de darse cuenta de lo que podemos hacer al menos por nosotros mismos para alcanzar integridad moral, y de fondo es optimista.

Distinto a los anteriores, trata de las posibilidades de la vida moderna, por decirlo así. Tiene la obvia contrapartida de estar al borde de una sensibilidad de las clases medias más o menos acomodadas que tienen tiempo, cuyas críticas tienden al aggiornamiento intelectual, entre otras cosas. Pero, en mi opinión, Con todo respeto, que parte desde la crítica, y que tiene ingenio para hacerla, percibe la dificultad de los problemas, percibe que las contradicciones salen a cada momento, y que no es llegar y decir que un problema es como yo quiero que sea: “conectarse a la realidad ¿por usb o por wi-fi?” “Sólo una vida interesante puede vivirse sin Internet –COMPARTIR”.

Su manera de percibir lo siniestro del sistema de la economía social de mercado, está combinada con la preocupación de la interioridad individual. Lo uno queda en determinadas viñetas como la que dice “Aproveche las grandes ofertas en millones de trabajadores. Toda nuestra mano de obra con un 99% de descuento. Encuéntrenos sólo en los peores países del planeta”; mientras que lo interior queda en otras como la que dice “¿qué haremos esta noche, cerebro? –lo mismo que hacemos todos los días, corazón: tratar de conectarse al mundo.” Una viñeta en la que los dos aspectos se unen es la que dice “¿por qué los ricos viven lejos de los pobres? –porque ojos que no ven…”

El dibujo es limitado, pero él mismo parece conciente, y se las arregla para auto-ironizar con la frase “me gusta porque es simple”. “El hombre común y el hombre simple” son muñecos de niño, palotes con una cabeza redonda, cuya gracia es la crítica a los grandes sentidos comunes y los deseos de la sociedad actual, como la de que una pelota no es para jugar sino para ganar. Es una crítica que hace falta, que de tan poco discutida parece elitista, siendo que entra en una de las cuestiones más urgentes de ver.

Como pequeña conclusión, queda claro que los principales temas son los escándalos de corrupción, colusiones y estafas de la elite, de los que estamos bombardeados de información día por día, para bien y para mal, que en los casos de Malaimagen y Juanelo tienen un talento singular y notable, y que ponen en cuestión que el problema está extendido y es profundo. Pero me parece, sin querer convencer a nadie, que en una segunda etapa el tema debería continuarse hacia la crítica que es consecuente y lógica, o sea la crítica al sistema, al poder que incita estos escándalos. Lo que quiero decir es que hace falta la discusión ya legítimamente política.

Malaimagen y Juanelo tienen por consecuencia más receptividad de lectores que Anotación Negativa o Con todo respeto, tan distintos entre sí, que su único parecido en este contexto es que piden un lector o lectora distintos. Unos decididamente descreidos o nihilistas, corrosivos (lo que está muy bien); y otros creyentes en que la naturaleza humana tiene un pequeño compartimiento de luminosidad racional. Si fuéramos un país civilizado, estas líneas de humor tendrían que tener también un circuito de circulación y recepción.