Hoy es uno de esos días, por Nico Pérez.

Hoy es

HOY ES UNO DE ESOS DÍAS, (autoedición, Santiago, 2012) de Nicolás Pérez de Arce, narra  lo suyo con dibujos y diseño en página doble, integrando la rotulación como una forma de dibujo. Trabaja muy bien la relación entre caligrafía y grafismo, una relación que hoy nos parece inherente, es decir que lo escrito es un dibujo, y que lo dibujado es una escritura, pero que no es tan abordada como se esperaría. Es uno de los puntos interesantes del trabajo de Nicolás, junto a un discurso escéptico y existencial muy agudo.

Cuando la relación entre caligrafía e imagen es visible en una historieta o relato ilustrado, es porque estamos frente a un trabajo innovador. En los hechos, la imbricación entre escritura y dibujo, entre marcas significantes de la palabra y de la imagen ha sido pensada por el arte verdadero y sin mayúsculas (véase por ejemplo el ensayo de Ronald Barthes sobre Cy Twombly) puesto que el arte es una forma de pensamiento, y su tarea consecuente es pensar.

Leyendo este fanzine, podemos pensar que cuando uno trabaja aprendiendo a encontrarse con el flujo interno y complejo del trabajo y de uno mismo, necesariamente tiene que experimentar con los materiales, con la sintaxis. Además, si esto ocurre en el trabajo de los relatos ilustrados, que no tienen por qué reclamar su ingreso al arte académico, pero sí al arte verdadero, el cual sabemos escaso y excepcional, uno se da cuenta que se aleja peligrosamente de la aprobación del Capitán América.

El “Capitán América”, valga decir aquellos artistas, periodistas y editores que conciben la historieta como un mercado donde hay que subirse al “mainstream”,  es otro mundo, cercano a la ideología del control,  y allí en ese medio el lenguaje, en los guiones y escaletas, tiene la ilusión de que cada significado, cada significación y cada efecto sensible ya está normado y se puede predisponer en el guión. O sea, pensarlo todo antes, por palabra y por boceto.

Opuesto a este deseo de control y de preproducción, los trabajos como “Hoy es uno de esos días”, parecen originarse en la ambición de pensar sensiblemente en y durante el propio trabajo, y acercarse a lo que de profundo se necesita decir, o sea asumir el trabajo narrativo y gráfico como una escritura, la cual posee estructuras y reglas, pero con las que se necesita expresar precisamente lo que antes no hemos podido decir.

Por otro lado, plantea también la cuestión del tema, que en este fanzine, probablemente, es la angustia existencial, la angustia del ingreso al feroz funcionamiento del mundo fáctico, expresado con talento y honestidad. “No he conocido a nadie que pueda decir que realmente ha logrado algo”. Se escucha decir que la autenticidad viene  de la tristeza, de la angustia, que no se escribe cuando uno es feliz. Aunque haya mucho de cierto en esta manera de concebir cuando algo es verdadero, ese origen implicaría que solamente la emocionalidad, triste es auténtica como motivación.

Con “Hoy es uno de esos días” podemos pensar más bien que la realidad es peor, y que sus dimensiones son atisbadas por el lenguaje del arte, el cual está especialmente capacitado para esa tarea. Cuando en este caso el relato y el dibujo nos hacen pensar en lo cierto de la situación que está diciendo y que está graficando, de modo que no tratemos de hacernos los tontos, es calificable como algo verdadero, auténtico, por consecuencia como un trabajo de arte.

Contradictorio como sea, su existencia nos alegra.