INGENTRIFICABLES, de Majo Puga y Juan Yolin

Los textos de Juan Yolin son poéticos de buena poesía. Remiten a historias y personas que no quedan explícitas, pero respiran a través, incluso si nos fijáramos en los puros textos. “Usted lee en este instante / no sé qué sombras de mi memoria … Me digo Ximena / para reconocerme, / me nombro y me olvido … dice el especialista, que mis sueños de dormida / al igual que mis sueños de despierta / no son míos verdaderamente” (Acto de fe) “Probablemente no te acuerdes de lo que pensaste / ni como miraste / a los perros / y preguntaste / sus nombres” (Mariela). 

En Dibujos que Hablan 8, de enero pasado, Majo Puga habló de las historias reales a que se refieren los 5 episodios de Ingentrificables. Habló también de otros aspectos de este libro, entre ellos de su técnica de dibujo y color. Les recomiendo ver ese registro (aquí el link).

Hay que decir que el trabajo narrativo y los dibujos o ilustraciones son además poéticos por sí mismos. Pueden mirarse y mirarse, a causa de su belleza, sin leer de nuevo las letras. Sabemos que usar un texto de poesía no conlleva que la imagen, el dibujo, adquiera el ritmo y la cualidad poética. Obviamente quiero decir que en los dibujos de Majo Puga nos encontramos con esa cualidad rara, escasa, bella, de la intensidad plástica, del trazo, el color, la atmósfera, el paisaje de la plaza Echaurren, las presencias, el transcurso visual que nos envuelve. 

Yo estoy pensando en una idea del pintor y teórico  Avigdor Arikha, que seguro a contracorriente en muchos aspectos, dice que la pintura no se trata de la significación –y aquí hago la extensión que no es arbitraria hacia la narración gráfica de Ingentrificables–. Porque cuando queremos ver a la pintura como algo que más que nada significa significados, en cuantas capas y niveles sea, dice Arikha, estamos en la Iconología, que la desmenuza con su método de análisis, y termina por agotarla en un significado último. 

No, la pintura es intensidad

Se refiere a sus elementos, la composición, el color, la luz, el dibujo, la atmósfera, la mancha o el trazo, su modo de ser. Por supuesto agregar que no se refiere al “aura” de W. Benjamin. La reproducción (dicho en mis palabras) puede bajar o arruinar a veces esos aspectos, pero no siempre. De otro modo no podríamos tener siquiera una idea del arte visual, o, para ejemplificarlo en nuestro caso, el libro Ingentrificables no podría transmitir la intensidad que tienen sus dibujos. Si Arikha piensa solo en la imagen única, tradicional, podemos valorar más este trabajo de dibujos que se suceden y construyen con un estilo singular, con un color bellísimo, peleado a la imprenta, y bien peleado, porque reproducirlo exigía bastante trabajo.  

Desde luego que con la contextualización que Majo hace en su ponencia, se entienden mejor e incluso se hacen más sensibles las personas reales que percibimos en los textos y las imágenes, pero esa contextualización hubiera entorpecido el conjunto del libro, y se agradece que no esté ahí, ni dentro de los relatos, ni afuera como prólogo o explicación, porque no era imprescindible. 

Ediciones Libros del Cardo [Valparaíso], agosto 2022. Seguramente puede hallarse contactándose con La Kioska, Playa Ancha, Valpo. @lakioska