Latinamérica (lectura de la revista Suda-Mery-K)

Latinoamérica en el territorio de los cómics, del dibujo que habla. Voy a proceder con pequeños epígrafes, atisbos, pensamientos que se junten después. No tengo fuerza espiritual o lo que fuera para realizar estudios generales, textos académicos que le sirvan a alguien, y que por lo demás nunca hice. Por supuesto partamos recordando a Suda mery K, que ya se preocupó del asunto Latinoamérica de un modo notable y destacable. Mery K fue una revista importante, editada por tres amigos de varias naciones, que alcanzó un bello número de salidas pero que como tantas otras buenas revistas muere en su plena juventud y en su plena promesa. Desde el punto de vista romántico es la mejor muerte, sin duda. Quizá la vida debe ser breve, decimos ahora, para ocultar la realidad. Ser breve para evitar la realidad. Pero es breve a causa de la realidad.

«Mery K» según la llama Thomas Dassance, uno de sus editores, era de suyo una relación sudamérica- europa, o sudamérica con un invitado de otro lugar, «el extranjero» como le llamaban. Nace durante los primeros años del 2000 (2004) en un momento en el cual, según recuerdo y según lo que me decía Carlos Reyes (chile) también editor, las conecciones y el interés siempre existentes fructificaron en diversas iniciativas que valdría recordar. Su creación fue contemporánea y quizá influida por la fundación del festival Viñetas con Altura en Bolivia, que a su vez impulsó a la revista ¡Crash! editada en Bolivia por Frank Arbelo, el tercero de los editores. En esos años se realizó en Matucana 100, de santiago de chile –relacionada a la embajada francesa–, un festival de dibujo y de historietas con intercambios entre francia-bélgica y sudamérica. Entre otras actividades que puedo mencionar.

Más sobre Mery-k por Thomas Dassance en tebeosfera

Interesante para quienes pretendemos así, sin autorizaciones estatales continuar su labor, es la intro del primer número, que según dice, de querer hacer un recuento de infos pasa a ser una crónica subjetiva de la búsqueda de sudamérica. Y previendo esa cierta imposibilidad termina preguntando «…¿habrá otra gente buscándote?» Sí la hay, digo yo, Chapulín, sin estar seguro de nada.

En la entrevista a Thomas D, por la cubana RLDEH, republicada por Tebeosfera, él dice que se trataba de intentar hacer un mapa de la nueva historieta (independiente) sudamericana. La idea del mapa, tributaria de las filosofías del arte mayor, universitario, que nunca nos termina de aceptar ni en sus salones ni en sus cabezas, aún así resulta prolífica, fértil, en cuanto y en tanto se trata de un continente cuyos mapas culturales se mueven porque no están anquilosados. Por otra parte la idea de rastrear la huella reciente de una historieta nueva de sudamérica, o con más precisión técnica: historieta independiente, fue probablemente lo sustantivo de su propuesta editorial.

Partiendo de la sanidad mental de no enmarcar con definiciones previas lo que es y no es sudamérica, sino verla en ciertas muestras interesantes, relativas –por las circunstancias explicadas– a los conocimientos y posibilidades de los editores, radicados cada uno en Argentina, Bolivia y Chile, se trata de una publicación importante – señera, como se dice– para quienes nos importa el tema de la historieta latinoamericana.