No se trata de decidir, sino descubrir que ya nos habíamos engañado

Cine. Frank Capra, Pocketful of Miracles (Angeli con la pistola, Milagro por un día, 1961). Dos asuntos : primero el mundo vive de las apariencias, segundo el cine las construye. Se trata siempre o casi siempre de apariencias de clase, o de dinero. Pongamos como parámetros Some like it hot (Una Eva y dos Adanes, Billy Wilder, 1959) el mismo montaje de una farsa, y la misma declaración del cine como especie de realidad de las apariencias, o de la ilusión. Por otro lado The sting (El golpe, George Roy Hill, 1973) todo aquel gran mundo solo existe para ti, y se detiene cuando tú sales convencido, porque no percibiste el truco. Quizá más que las otras, El golpe nos presenta al cine clásico, o mejor dicho al cine esplendoroso, que me fascina, por eso escribo acá. 

Las implicaciones son muchas, por supuesto. A nosotros –a mí– me gustan esas películas de vida bella con imagen bella del mundo. Primero el mundo nos engaña con las apariencias, segundo nosotros aprendemos dolorosamente que lo son, y en lo consiguiente pasamos a engañar, incluso a nosotros mismos, e incluso que no queramos, porque no se trata de decisiones, sino descubrir que sin saber ya nos habíamos engañado antes. Siempre hay engañados.

A menudo la mentira crece por sí misma obligando a los engañadores a alimentarla hasta encontrar el final, en estos casos finales buenos, donde la estafa se descubre, triste pero sin daño, se trata de comedias. “No soy una mujer, soy un hombre.” “Está bien, nadie es perfecto”. Has disfrutado de ser engañado por ti mismo, no es una falta de inteligencia ni de seriedad. Está hecha lo mismo para cándidos que para escépticos. Porque las apariencias están a la vista y tú ves a los que se engañan en la comedia, y con esa llave que la trama ofrece, nos permitimos sumergirnos en el placer lujoso de la ilusión clasista y de la imagen esplendorosa. Y saludamos al cine, al director, actrices, actores, fotógrafos, guión, vestuario, porque las apariencias no son fáciles de construir, si no, no nos engañaríamos con ellas.

Frank Capra, Pocketful of Miracles (Angeli con la pistola, Milagro por un día, 1961).
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Autor: vicho plaza historietista

Historietista chileno. Aquí se puede ver algunas historias completas y otros dibujos.

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